Cuando hablamos del poder popular nos referimos como lo plantean
algunos autores a un proceso a través del cual los “territorios” donde transcurre la vida concreta de la clase
proletaria se subvierten en espacios constituyente de un poder social antagónico
al poder de la clase dominante, la burguesía y a la vez en un poder liberador que permite
ganar posiciones dentro del mapa de la lucha de clases, modificar la disposición
del poder y la correlación de fuerzas entre ricos y pobres y por otro lado avanzar en la consolidación de
un campo contra – hegemónico; se trata de espacios de anticipación social, y política
donde se construye y vive lo soñable, pero posible!, el poder popular es también
asumir el potencial de liberación de las
fuerzas propias de los trabajadores y el pueblo.
Lo interesante de lo anteriormente
mencionado dice relación con varios aspectos que son relevantes, lo de
“anticipación política y social” lo que
dice relación con “la lucha de clases” y lo relacionado con la energía
“liberadora” de los trabajadores organizados en lucha.
El poder popular no es un objeto
“agarrable”, “tomable”, no tiene un lugar físico fijo, por el contrario, este
es una relación social y no un objeto, el poder popular se hace, se construye
entre muchos y muchas, de la misma manera y dialécticamente como se va
construyendo la clase proletaria, tomando conciencia de su vida material,
organizándose para a través de la acción como lo plantea Hannah Arendt transformar la realidad.
El poder popular es una
construcción prolongada, y robusta de organización de las masas populares, y
paralelamente es la desorganización del enemigo, la perdida de su poder, de su
estado , de sus organizaciones e instituciones, el poder popular es la
configuración y expansión de una visión
del mundo acompañada con la formación de intelectuales orgánicos de la clase como
lo plantea Gramsci que aspiran a destruir el viejo orden y construir la nueva
sociedad, esa sin explotados ni explotadores, la sociedad de la máxima
felicidad terrenal posible, la sociedad comunista.
Es importante destacar que la
construcción de poder popular en ninguna medida niega la necesidad de la construcción
del instrumento político de los trabajadores, el partido para la revolución y
el socialismo, por el contrario, las tesis Leninistas en cuanto a la conducción,
direccionalidad y la dotación de una ideología se articulan con la construcción del poder de
los pobres en lucha.
Otro punto importante que cae de cajón,
pero no por eso no lo mencionaremos dice
relación con el componente clasista que debe tener la construcción del poder
popular y por otro la centralidad que deben tener los trabajadores como sector
de la clase que vive cotidianamente la contradicción capital / trabajo.
Por otro lado y de vital
importancia es la reflexión de la capacidad político – militar que debe tener
el poder popular clasista, acá se evidencia claramente la necesidad del partido
para la revolución, que visualice, diseñe y conduzca el enfrentamiento entre los pobres y el poder burgués, y en particular
sus estructuras represivas, entendemos este tema instalado en las peleas y
construcciones del pueblo en lucha en el presente como un desarrollo
cualititativo en las condiciones de lucha y en las apuestas tácticas y estratégicas.
El poder popular debiese ser un
espacio de socialismo real, concreto, anticipatorios del nuevo orden social, a
la vez y al mismo tiempo que un espacio para la construcción del hombre y la
mujer nueva a la cual nos convoca el Comandante Guevara, embriones de socialismo en la sociedad capitalista y faros
de las nuevas relaciones sociales.
“La
emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”
Carlos
Marx
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