Como nadie debe morir en prisión, y ese es
el cuento que ha sido puesto en circulación para poner el foco de atención
pública en Alberto Fujimori, quien a la menor molestia es trasladado a costosas
clínicas privadas, agentes del gobierno han visitado a la familia de Jaime
Ramírez Pedraza, que acaba de fallecer en el penal Castro Castro, víctima de
una enfermedad degenerativa e incurable, que ya sabía hace tiempo, que lo
llevaría a la tumba, para solicitarle firmar una declaración de que esto
ocurrió después de haber recibido el indulto presidencial.
Eso, por supuesto, ha sido rechazado por
los familiares que durante varios años han chocado una y otra vez con la
desidia del poder para actuar frente a la evidencia de la gravedad e
irreversibilidad del mal que aquejaba a Jaime y nunca recibieron respuesta al
pedido de indulto, que carecía de gran prensa y de capacidad de presión en los
altos niveles del Estado.
En esta columna y en otras notas de este diario hemos hecho eco varias veces del caso Ramírez Pedraza, y hemos sido enfáticos en subrayar que esta era la prueba de que los sentimientos humanitarios no pueden discriminar por razón personal o política.
Pero a Jaime lo dejaron sufrir la peor de las carcelerías, en un estado de parálisis muscular, sin poderse valer por sí mismo, y sufriendo sucesivos episodios de asfixia, apenas salvados con la ayuda de sus compañeros.
En esta columna y en otras notas de este diario hemos hecho eco varias veces del caso Ramírez Pedraza, y hemos sido enfáticos en subrayar que esta era la prueba de que los sentimientos humanitarios no pueden discriminar por razón personal o política.
Pero a Jaime lo dejaron sufrir la peor de las carcelerías, en un estado de parálisis muscular, sin poderse valer por sí mismo, y sufriendo sucesivos episodios de asfixia, apenas salvados con la ayuda de sus compañeros.
Pero como Jaime era del MRTA, los gobiernos
de García y Humala sentían que su indulto era una papa caliente, porque ahí
andan los Aguinaga y los Kenji para gritar que a los “terroristas” los sacan de
la cárcel y “al que pacificó al país”, a punta de Grupo Colina y de una
legislación totalitaria que sofocó la libertad de todos, lo mantienen en la Dinoes , desde donde dirige
su partido político.
Humala tuvo en el caso Ramírez la ocasión de demostrar que en los asuntos de enfermedades terminales o muy graves, se actúa solo a partir de los informes médicos. Pero no lo hizo. Y es una vergüenza que existan funcionarios que creen que este trato abusivo se puede maquillar a cambio de algo, para salvar la cara del gobierno.
Como informa un comunicado de la familia de Jaime, ya son tres presos muertos por enfermedad, ante la pasividad dela Comisión de Indultos, en lo que corre de este
gobierno. Hay presos que ni siquiera tienen familia para que hable por ellos
como la tenía el militante emerretista, y que se van muriendo en el peor de los
olvidos.
El jefe del INPE debería responder por estas realidades en vez de estarse distrayendo porque la prensa de derecha lo ajocha con el asunto de Antauro, sometido una reclusión ilegal en la más dura de las prisiones peruanas, pero los Du Bois y otros quisieran que todavía se le castigue más para ver hasta dónde puede caer la autoestima de su hermano presidente.
Es una lástima cuando el poder no es poder y no puede hacer lo que es justo, como liberar a Jaime Ramírez antes de su muerte, y solo hace lo que los medios le ponen como agenda.
Humala tuvo en el caso Ramírez la ocasión de demostrar que en los asuntos de enfermedades terminales o muy graves, se actúa solo a partir de los informes médicos. Pero no lo hizo. Y es una vergüenza que existan funcionarios que creen que este trato abusivo se puede maquillar a cambio de algo, para salvar la cara del gobierno.
Como informa un comunicado de la familia de Jaime, ya son tres presos muertos por enfermedad, ante la pasividad de
El jefe del INPE debería responder por estas realidades en vez de estarse distrayendo porque la prensa de derecha lo ajocha con el asunto de Antauro, sometido una reclusión ilegal en la más dura de las prisiones peruanas, pero los Du Bois y otros quisieran que todavía se le castigue más para ver hasta dónde puede caer la autoestima de su hermano presidente.
Es una lástima cuando el poder no es poder y no puede hacer lo que es justo, como liberar a Jaime Ramírez antes de su muerte, y solo hace lo que los medios le ponen como agenda.
Colectivo ContraGolpe
"Luchamos por la Revolución Socialista"