Chile se ha
caracterizado por ser uno de los países con mayor desigualdad en el mundo,
y no necesariamente se expresa en dinero
o ingreso económico, sino que, además, en información y/o capacidades para
sobrevivir o autorealizarse. Son el trabajo, la educación, la salud, la
vivienda, etc. las prioridades de nuestra gente, cada una tan importante como
las demás y ninguna exime a la otra. Somos gente con derechos y obligaciones.
Derechos por todos conocidos y
expresados por las masas, obligaciones como respetar el lugar que habitamos, la tierra, cosa que
este modelo y estilo de vida no lo permite. Por otra parte, hemos desarrollado
el fetiche del dinero, entendiéndolo o dándole un significado de necesidad
primordial e incluso como causa de pobreza y principal medio a la satisfacción
de necesidades o pseudo-necesidades. La
lucha se torna salvaje, somos seres pauteados por entes opresores y por lo
tanto predecibles, pero aún tenemos humanidad y capacidad de crítica hacia lo
impuesto.
No
desarrollamos parámetros, pautas o limites en lo que se refiere a un correcto
bienestar social e individual, es a través de
una fuerte cultura del consumo dentro de esta sociedad capitalista que nos obliga a luchar día a día entre hermanos y camaradas por un poco de
“libertad” con gran mezquindad e individualidad. Por este seudo-bienestar perdemos el rumbo de lo que realmente nos
debe importar, una verdadera libertad donde las capacidades de las bases
sociales sea el centro de toda actividad
política, donde el trabajador logre empoderarse a través del sindicalismo, y
luchar contra la tercerización o subcontratación de las grandes compañías como
forma reducir sus costos.
El trabajo como fuente riqueza y como bien que
se puede transar en el mercado, pierde su parte humana dentro esta estructura.
Remplazar un orden que ha sido impuesto
a golpes por una burguesía sedienta de poder, y que para ellos no existiría una
instancia tan importante como el día internacional del trabajo. Es en las
calles, el momento y el lugar de mostrar el gran poder popular, su molestia y
rechazo al modelo socioeconómico. No es
fácil hacerlo, pero tenemos la convicción moral de que lograremos grandes
cosas.
Colectivo ContraGolpe
Luchando por la Revolución Socialista!!
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