Luchando por la Revolución Socialista.

sábado, 19 de mayo de 2012

El viejo tonto y el viejo sabio, del presidente Mao Tse-tung.


Hoy cuando el sistema Capitalista en su lógica de crisis cíclicas, nuevamente afecta brutalmente a las grandes masas populares de los países que donde el modelo se ha impuesto, dañando las jubilaciones, disminución de sueldos, cesantia, reduciendo dramáticamente los derechos y garantías sociales, manteniendo a la población en la indefención absoluta y en la permanente incertidumbre del mercado que solo busca proteger  los intereses del empresario capitalista. 
Es ahí donde, se hace mas actual, necesario y urgente el camino al Marxismo, los invitamos a revisar esta reseña sobre el presidente Mao Tse- tung, y un cuento breve, invitando a la reflexión y la acción.

Como parte del discurso final pronunciado por el Presidente Mao, en Vll Congreso Nacional del Partido Comunista de China,  el 11 de junio de 1945, este decía, al divulgar la línea del Congreso, nos proponemos infundir a todo el Partido y al pueblo la convicción de que la revolución triunfara. Ante todo debemos elevar la conciencia política de la vanguardia, de modo que sea resuelta, no tema ningún sacrificio y supere todas las dificultades para conquistar la victoria. Pero esto no basta; también debemos despertar la conciencia política de las grandes masas populares de todo el país para que, voluntariamente y de buen grado, luchen junto a nosotros por la victoria. 
“Cuenta que hace mucho tiempo vivía en el Norte de China un anciano conocido como el Viejo Tonto de las montañas del Norte. Su casa miraba al Sur, y frente a ella, obstruyendo el paso, se alzaban dos grandes montañas: Taijang y Wangwu. El Viejo Tonto decidió llevar a sus hijos a remover con azadones las dos montañas. Otro anciano, conocido como el Viejo Sabio, los vio y, riéndose, les dijo: ¡Qué tontería! Es absolutamente imposible que vosotros, siendo tan pocos, logréis remover montañas tan grandes. El Viejo Tonto respondió: Después que yo muera, seguirán mis hijos; cuando ellos mueran, quedarán mis nietos, y luego sus hijos y los hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Aunque son muy altas, estas montañas no crecen y con cada pedazo que les sacamos se hacen más pequeñas. ¿Por qué no vamos a poder removerlas? Después de refutar la errónea idea del Viejo Sabio, siguió cavando día tras día, sin cejar en su decisión. Dios, conmovido ante esto, envió a la tierra dos ángeles, que se llevaron a cuestas ambas montañas”.

Hoy, sobre el pueblo chino pesan también dos grandes montañas, una se llama Imperialismo y la otra, Feudalismo. El Partido Comunista Chino hace tiempo que decidió eliminarlas. Debemos perseverar en nuestra decisión y trabajar sin cesar; también conmoveremos a Dios. Nuestro Dios no es otro que las masas populares de China. Si ellas se alzan y cavan junto a nosotros ¿por que no vamos a poder eliminar esas montañas?


Colectivo ContraGolpe
Luchando por la Revolución Socialista

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